Erik: Una historia de aceptación

Cuando Erik nació le diagnosticaron la condición de labio fisurado y paladar hendido. Hoy, a sus 19 años, es un ejemplo de perseverancia pues está próximo a recibir su última intervención en la fundación y goza de una óptima calidad de vida.

Nació en Riohacha y su madre no supo de su condición hasta el momento del nacimiento pues las ecografías nunca arrojaron rastros. Para su familia fue una noticia difícil de aceptar ya que no conocían de qué se trataba y temían por el bienestar de Erik. Fue así como, a los ocho meses, Erik llegó a Operación Sonrisa para que le realizaran su primera operación de labio fisurado; desde ese momento su madre lo ha acompañado en todos sus procesos y él ha recibido varias cirugías, apoyo psicológico y un tratamiento multidisciplinario que hoy le permite reconocer sus talentos y virtudes, pues en su adolescencia quiso desistir del proceso “Lo más difícil ha sido mi aceptación personal en cuanto a las demás personas, pero a medida que fui creciendo entendí que es la esencia de uno lo que uno es y no como uno se muestra físicamente.

Cuando salió del colegio decidió estudiar derecho y hoy es una persona alegre, a la que le encanta estudiar, escuchar música, ir al gimnasio y ayudar a los demás. A lo largo de su vida también ha visto creer a la fundación y agradece haberse topado con esta, pues se ha convertido en una familia, que junto a la suya lo han apoyado y enseñado que siempre se puede salir adelante a pesar de las adversidades. Ahora Erik se prepara para su última intervención y recalca que siempre estará agradecido con Operación Sonrisa por haber transformado su sonrisa.