Un camino para sonreír
Mayerli Bailarín tiene 6 años y nació con la condición de labio fisurado, sin embargo, es como cualquier otra niña. Ama bailar, jugar con sus hermanos, corretear gallinas y sobre todo posar y sonreír para que le tomen fotos.
Sus padres se enteraron de su condición en el momento de su nacimiento y en ese momento les fue muy difícil aceptar lo que estaba sucediendo. Sin embargo, Joselito, papá de Mayerli, no perdió el optimismo y comenzó a buscar la forma de cambiar la vida de su hija. Durante los primeros años de Mayerli, la llevó a varios especialistas, pero no logró que le aprobaran una cirugía. Fue así como, por un milagro del destino, el padrino de Mayerli se enteró de que Operación Sonrisa realizaría una jornada de valoraciones en Carepa, a unos 75 Kilómetros del pueblo más cercano de su casa y desde ahí comenzaron a preparar su viaje que representaba toda una travesía desde su casa.
Mayerli y Joselito salieron de su casa con la ilusión de ser valorada por los especialistas de la fundación. Les esperaba un viaje de 6 horas en diferentes medios de transporte: un viejo caballo que acompañaba los largos trayectos desde la granja de su familia a la carretera principal, un taxi que los llevaría a Bajirá, el pueblo más cercano; luego un bus que los transportaría por vías destapadas hasta la carretera nacional y finalmente un bus intermunicipal que los llevaría hasta Apartadó, lugar en el que su padrino los hospedaría por algunos días.
Tras la valoración recibieron la gran noticia: Mayerli estaba lista para recibir su operación en la jornada quirúrgica que la fundación realizaría en Apartadó. Fue así como a comienzos de febrero, Joselito recibió una llamada en la que le explicaban la fecha y lugar en donde sería operada su hija, esto le devolvió la sonrisa y lo motivó a conseguir los recursos para llevar a Mayerli hasta Apartadó, pues, por razones económicas, les era difícil viajara hasta el lugar, sin embargo, tras mucho esfuerzo lograron conseguir el dinero y viajara para transformar la sonrisa de Mayerli.
El anhelado día había llegado, Joselito y Mayerli salieron de su casa a la una de la madrugada para poder llegar a tiempo a la clínica. Llegó a Apartadó a las 6:15 am y entre nervios y alegría ingresaron a la sala de preparación para que Mayerli pudiera ser operada.
Después de varias horas de espera, Joselito escuchó las palabras que tanto tiempo llevaba esperando “su hija salió muy bien, esta hermosa y en perfecto estado de salud” le dijo una de las voluntarias de Operación Sonrisa, quien lo preparó para que ingresara a verla. En el momento en que la vio se emocionó mucho y agradeció a todos. Para él, los voluntarios y equipo médico le cambiaron la vida a su hija y a su familia.
Ahora Mayerli continuará con su tratamiento de rehabilitación integral con el apoyo de fonoaudiólogos, psicólogos y trabajadores sociales de la fundación.
